En el Reino Unido no gastan en propaganda electoral en las calles. Las ciudades no están forradas de carteles ni de eslóganes de los partidos políticos. Así que poco ambiente electoral se percibe en general. En el caso de Escocia, ni siquiera hay guerra de banderas. Las únicas que ondean en este invierno frío y lluvioso decorado de luces navideñas lo hacen en los edificios públicos. La escocesa, eso sí, la azul con la cruz de San Andrés, es mayoritaria.

"Estas elecciones son un lío y estoy harto de que nos convoquen tantas veces a votar, se lamenta Peter, un joven de Edimburgo que trabaja en una hamburguesería del centro de la ciudad. Creo que los que pasa aquí es similar a los que pasa en España y en Cataluña, añade con una sonrisa.

Si en el conjunto del Reino Unido el voto en las elecciones de este jueves está condicionado en gran parte por el brexit, en Escocia lo está también por la batalla a favor o en contra de la independencia. Los dos discursos que marcan estos comicios son el del independentista y europeísta Partido Nacional de Escocia (SNP, en sus siglas en inglés), de la ministra principal Nicolas Sturgeon, y el del Partido Conservador, del primer ministro británico Boris Johnson, tan acérrimo defensor de la unidad territorial como del divorcio con Bruselas.

Fórmula irreconciliable

En el 2014 los electores escoceses votaron NO a la independencia y en el 2016 No al 'brexit', dos respuestas difíciles de conjugar ante la salida inminente del Reino Unido de la Unión Europea. Tanto para el SNP como para los conservadores, la fórmula del no-no es irreconciliable. En el caso del Partido Laborista, la otrora fuerza hegemónica en Escocia y en caída libre desde hace varios años en este territorio, la posición no es tan clara como la de sus rivales. La ambiguedad es propia de su líder, Jeremy Corbyn. Una actitud que ha contribuido a que descienda el apoyo del partido en Escocia. Otras razón es el impulso del SNP, un partido también de izquierda. Es un gran lío, como dice Peter.

"El futuro de Escocia está en una encrucijada", escribió en un tuit el SNP urgiendo a los electores más jóvenes a registrarse para poder votar. Los nacionalistas escoceses necesitan como agua de mayo un muy buen resultado en las urnas para poder seguir presionando al Gobierno de Londres por un segundo referéndum sobre la independencia.

Sturgeon defiende la necesidad de una nueva consulta con un argumento obvio: el escenario ha cambiado y los escoceses tienen derecho a volver a votar después de que se posicionaran claramente en contra de abandonar la UE. Para ello, en esta campaña los nacionalistas se centran en ganar el voto de los escoceses que votaron No a la independencia hace cinco años y No al brexit hace tres.

Buen resultado

Hay un cambio y algunos electores que quieren seguir en la UE y votaron NO a la independencia ahora van a votar el SNP, pero, aunque menos, el SNP está también perdiendo apoyo entre aquellos que votaron por la independencia pero que están en contra de estar en a UE, afirma James Mitchel, analista político y profesor de ciencias políticas de la universidad de Edimburgo.

El brexit está alimentando aún más el interés por la independencia, coincide Robin McAlpine, director del 'think tank' escocés Common Weal, que recuerda que el apoyo a la secesión ha crecido estos años y que en la actualidad alcanzaal 50% de los escoceses, cinco puntos más que en el 2014, cuando el NO ganó por diez puntos, un auténtico varapalo.

La ministra principal y líder del SNP cuenta con el respaldo del Parlamento escocés (Holyrood) en su propósito de convocar la consulta a finales del año que viene, meses antes de que los escoceses renueven su parlamento en el 2021. Pero no lo va a tener fácil. Los sondeos auguran al SNP un buen resultado este jueves, mejor que el que consiguió en las anteriores generales, cuando se quedó con 35 de los 59 escaños en juego en Escocia para el Parlamento británico de Westminster. En las del 2015 lograron 56.

Abrir las urnas

Pero Johnson descarta por completo abrir de nuevo las urnas en Escocia si es elegido primer ministro. En caso de que lo sea el laborista Jeremy Corbyn, algo muy improbable, solo ha avanzado que autorizará la consulta en caso que los independentistas logren la mayoría en las parlamentarias escocesas del 2021.

Creo que al movimiento independentista va a tener que desarrollar una campaña de máxima presión que dificulte a Londres ignorar los deseos de Escocia de celebrar un segundo referéndum, afirma McAlpine. Hasta ahora, al SNP tener una base amplia de apoyo no le ha servido para nada. Creo que se va a requerir mucho trabajo.

John Curtice, politólogo, profesor de ciencias políticas en la universidad de Strathclyde, en Glasgow, y gurú electoral en el Reino Unido, cree que los 'tories' escoceses lograrán un buen resultado, aunque no alcancen la cifra de 13 escaños en el Parlamento de Westminster que lograron de manera sorprendente en las generales del del 2017. A los 'tories' escoceses el discurso de Sturgeon les beneficia electoralmente, asegura. Cuanto más habla de independencia, mejor para los conservadores. Curtice admite, sin embargo, que son predicciones para unas elecciones inusuales y complejas.