El joven y el niño libaneses suníes secuestrados el pasado lunes en Beirut, supuestamente por un clan chií, fueron encontrados hoy muertos al sureste de la capital, según las cadenas de televisión libanesas.

Los cuerpos sin vida de Ziad Kabalan, de 25 años, y Ziad Ghandur, de 12, residentes del barrio suní Wata Museitbe de Beirut, fueron hallados en la aldea de Jadra en la región de Iklim el Jarrub y cerca de la ciudad de Sidón pasadas las 19.30 horas locales (tres horas menos GMT), según fuentes de seguridad.

El secuestro de los dos libaneses a principios de semana había aumentado el temor a un rebrote de la violencia confesional en el Líbano, que atraviesa una grave crisis política, y se desconocen las repercusiones que pueda tener este hallazgo.

Las fuerzas de seguridad habían desplegado hoy numerosos puestos de control fijos y móviles en toda la capital para intentar localizar a los secuestrados.

Los jóvenes desaparecieron hace tres días cuando viajaban en su coche, que posteriormente fue localizado en una zona residencial de mayoría chií.

Tras conocerse la noticia, la tensión repuntó en Wata Museibte, escenario el 25 de enero pasado de enfrentamientos entre suníes y chiíes tras un incidente en la Universidad Árabe de Beirut que se saldó con tres muertos.

La prensa libanesa asegura que miembros de la familia Chamas, parientes de uno de los fallecidos en el suceso de la Universidad, están detrás del secuestro del joven y del menor.

Es la primera vez que una persona de tan corta edad es secuestrada en el Líbano, ya que incluso durante la guerra civil (1975-1990) cuando se secuestraba a menores se les ponía en libertad inmediatamente.

Por su parte, la familia Chamas ha desmentido su implicación en los hechos. Los líderes políticos libaneses de las diferentes ideologías y credos religiosos habían instado durante las últimas horas a una "solución inmediata" del secuestro.

Desde el pasado noviembre, el Líbano está sumido en una grave crisis política tras el fin de la guerra no declarada de Israel contra el país entre julio y agosto de 2006.

La crisis también está motivada por la dimisión de seis ministros de la oposición, cinco de ellos chiíes, el pasado noviembre y por una sentada simbólica que los grupos opositores mantienen desde el pasado diciembre en el centro de Beirut para exigir la formación de un gobierno de unidad nacional.