BERLIN. Los cerebros de tres niños víctimas de los experimentos del régimen nazi fueron enterrados ayer en Görden, en el estado alemán de Brandeburgo. Los niños tenían 7, 2 y 1 años cuando fueron asesinados por psiquiatras nazis para experimentar con sus cerebros. Se trataba de dos hermanos y de su primo que padecían enfermedades físicomentales hereditarias. Los cerebros fueron llevados tras la guerra a la ciudad de Giessen, donde hacía su doctorado el austriaco Franz Seitelberger. Este los recibió de regalo por su trabajo científico en Alemania y se los llevó a su país, donde fue director de la Universidad de Viena. G. C.