El Partido Comunista de Rusia (PCR) lanzó ayer una campaña nacional para impedir que el Kremlin entierre el cuerpo embalsamado del líder bolchevique Vladimir Lenin, que se exhibe en el mausoleo de la plaza Roja de Moscú desde 1924. Los comunistas han comenzado a recoger firmas entre los nostálgicos de la desaparecida URSS que se oponen al proyecto.

El último gran símbolo de la era comunista, la momia de Lenin, divide al país en dos bandos. "Cada firma es una advertencia a los vándalos que pretenden levantar la mano contra el luminoso nombre de Lenin", reza el llamamiento del PCR a defender el mausoleo del fundador del Estado soviético. Cerca de un centenar de comunistas se congregaron frente al Museo de Historia, donde instalaron mesas para los que desearan firmar. En cuatro horas, recogieron decenas de firmas.

Según los últimos sondeos, el 35% de los rusos quieren que el "cadáver número uno" siga en su sarcófago en el corazón de la capital, y el 40% están a favor del entierro. El argumento de los partidarios de sacar a Lenin de la plaza Roja es que la exposición del cadáver contradice las tradiciones cristianas.