La nueva ley antiterrorista británica que tipifica como delitos la glorificación del terrorismo y la difusión de publicaciones terroristas entró ayer en vigor. La Ley de Terrorismo de 2006 permite la prohibición de grupos u organizaciones que cometan esos delitos, y penaliza también a cualquier persona que facilite entrenamiento con fines terroristas.

Esta controvertida legislación, presentada por el Gobierno laborista en respuesta a los atentados de Londres del pasado 7 de julio, encontró dificultades en la Cámara de los Lores del Parlamento antes de convertirse en ley, donde fue rechazada hasta cinco veces antes de ser finalmente aprobada el mes pasado.

Además, los grupos defensores de las libertades civiles y algunos actores británicos cuestionaron la ley, porque creen que supone una violación de la libertad de expresión y puede llevar a la detención de personas inocentes.

La organización de derechos humanos Liberty ha expresado su preocupación por el peligro de que la nueva norma, aprobada el 22 de marzo, sirva para "silenciar a quienes disienten" y "criminalizar" a partidos no violentos, lo cual hará de este país "un lugar menos seguro".