El enviado especial de la ONU para Birmania (Myanmar), Ibrahim Gambari, regresó hoy a Rangún desde Napydaw, la capital, donde se entrevistó con la Junta Militar, y, según fuentes diplomáticas, intentará reunirse con la líder de la oposición, Aung San Suu Kyi.

Gambari viajó el sábado la Napydaw para entrevistarse con los generales de la Junta Militar y disuadirles de que pongan fin a la violencia empleada contra los monjes y manifestantes civiles. Antes de llegar a Birmania, Gambari indicó que esperaba tener unas conversaciones "fructíferas", fue conducido hasta la casa de huéspedes del Estado, situada cerca de la residencia de Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz y líder de la Liga Nacional para la Democracia (LND).

Suu Kyi, de 62 años, está sometida a arresto domiciliario desde junio de 2003 y ha pasado casi doce años, de los últimos 19, en cautividad.

Antes de la llegada de Gambari, la Junta Militar, por medio de la prensa estatal, acusó a la LND de instigar las protestas y detuvo a un elevado número de miembros de esa formación, la única que resiste a la intensa presión ejercida por el régimen.

Las visitas realizadas por los antecesores de Gambari en el cargo a penas surtieron efecto en la Junta Militar, que mantiene la postura de que Suu Kyi y la LND no tienen ninguna cabida en el futuro político que diseñan para Birmania mediante una constitución elaborada a su propia medida.

De acuerdo a fuentes diplomáticas, los generales preparan un escenario donde actuarían detrás de una fachada civil provista por la Asociación para la Unión, Desarrollo y Solidaridad (UDSA, por su sigla en inglés), que cuenta con varios millones de miembros.

Con Suu Kyi al frente, la LND venció con abrumadora mayoría en las elecciones generales de 1990 y cuyos resultados nunca han sido acatados por los generales que rigen el país desde 1962.