El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que la cumbre había sido un éxito, al lograr una fecha para iniciar las negociaciones encaminadas hacia la adhesión. Sin embargo, su insistencia en el brindis final en que su gesto no suponía reconocer a Chipre dejó un regusto amargo a los líderes europeos.

La cumbre fijó finalmente el próximo 17 de marzo para iniciar las negociaciones con Croacia, aunque supeditó esa apertura a una "total cooperación" previa con el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia.