El primer ministro turco, el islamista moderado, Recep Tayyip Erdogan, ha cedido a las presiones y recibirá hoy al papa Benedicto XVI en el aeropuerto de Ankara, primera escala del viaje pastoral de cuatro días del Pontífice a Turquía. Las autoridades han desplegado un impresionante dispositivo de seguridad para evitar cualquier incidente en esta visita, la más polémica y delicada del breve pontificado de Joseph Ratzinger.

Erdogan ha esperado hasta última hora para dar marcha atrás a su decisión de no verse con el Papa. Aunque había argumentado "problemas de agenda", ya que la estancia papal coincide con la cumbre de la OTAN, que arranca también mañana en Riga, pocos fueron los que dieron crédito a la excusa. En realidad, el Gobierno turco no se siente cómodo con la visita papal.

El famoso discurso de Benedicto XVI de septiembre, en el que relacionó al islam con la violencia, no sentó nada bien en un país en el que el 99% de la población es musulmana y que el año que viene celebra elecciones legislativas. La fuerza política que lidera el primer ministro, del partido Justicia y Desarrollo (AKP), aspira a lograr el mismo éxito que obtuvo en el 2002 (tienen mayoría absoluta en el Parlamento). Ankara tampoco confía en un Papa que antes de asumir la jefatura de la Iglesia Católica mostró su rechazo a que Turquía entrara a formar parte de la cristiana UE.

APRETADA AGENDA En todo caso, como apuntó ayer el analista Recep Guvelioglu en el diario turco The New Anatolia, no era comprensible el desplante inicial de Erdogan, más aún si se tiene en cuenta que, junto al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, hace campaña a favor de la Alianza de Civilizaciones, una iniciativa que busca mejorar la relación entre occidente e islam. Al Pontífice le espera hoy una agenda apretada. Tras entrevistarse con Erdogan, visitará el museo de Mustafa Kemal Ataturk, el padre de la Turquía moderna. Después se entrevistará con el presidente de la República, Ahmet Necdet Sezer. Antes de reunirse con el cuerpo diplomático acreditado en la capital turca, Benedicto XVI se verá con el jefe de la Dirección General de Asuntos Religiosos (Diyanet), Ali Bardakoglu, sin duda el plato fuerte de la jornada. Bardakoglu fue de los primeros líderes religiosos musulmanes en criticar con dureza las palabras del Papa en Alemania. En este país oficialmente laico, la Diyanet controla a los imanes turcos y les escribe los sermones de las mezquitas.