El Gobierno de Recep Tayyip Erdogan presentó ayer al Parlamento turco su plan para solucionar el conflicto kurdo, que se ha cobrado más de 40.000 vidas desde 1984. Se trata de un plan que pretende ampliar los derechos y las libertades de los kurdos para así poner fin a la lucha armada del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), organización considerada terrorista por Turquía, la UE y EEUU.

"Durante 25 años hemos considerado este problema desde el prisma de la seguridad. Se han bombardeado las montañas donde se refugia el PKK y se han realizado operaciones militares. Pero, ¿se ha conseguido algo?", se preguntó el primer ministro turco durante la sesión destinada a valorar la iniciativa.

Desde que la pasada primavera el presidente turco, Abdullah Gül, pidiera a la sociedad que no dejara pasar la oportunidad para resolver el conflicto kurdo y el PKK declarase una tregua, Erdogan ha trabajado para mejorar la situación de la población kurda de Turquía. Los diputados kurdos del Partido de la Sociedad Democrática (PSD) le acusan de quedarse solo en las palabras. "Si el Gobierno mostrase una verdadera voluntad de solucionar el conflicto, el PKK podría entregar las armas en tres meses", aseguró el presidente del PSD, Ahmet Türk.

En el otro lado, los nacionalistas turcos y las asociaciones de víctimas del terrorismo han puesto el grito en el cielo por el plan y acusan a Erdogan de "traidor", de querer "dividir" el país y de "negociar con terroristas".

Para el Gobierno islamista moderado, la solución no pasa por negociar con el PKK, algo que ha dejado claro, sino por democratizar Turquía y aumentar los derechos individuales. "La democracia no dividirá este país, sino que reforzará la unidad y la hermandad. La democracia es el mejor antídoto", afirmó Erdogan. Entre las medidas que ayer enumeró el Gobierno para solucionar la cuestión kurda, destacan la petición de sustituir la Constitución, creada en 1982 por la dictadura, y permitir el uso de la lengua kurda en mítines y campañas, donde está prohibida.

Entre 12 y 15 millones de kurdos viven en Turquía, principalmente en el sureste, en el llamado Kurdistán, una región que se extiende a Irán (donde hay 6 millones de kurdos), Irak (5 millones), y Siria (1,5 millones). Los kurdos han sido considerados el mayor pueblo sin estado del mundo. Tras el nacimiento de la República de Turquía, las revueltas de los kurdos fueron aplastadas por Ankara y la identidad kurda fue negada.