El final del primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, no ha podido ser más abrupto. “El hecho de que mi mandato haya durado mucho menos de cuatro años no es una decisión mía, sino una necesidad”, aseguró el todavía 'premier' en una rueda de prensa celebrada este jueves en Ankara. “Mi mandato ha sido un éxito. Con esta decisión, no hay sentimiento de fracaso o arrepentimiento de lo que he hecho. Hice mi trabajo de manera adecuada y con honor”, continuó Davutoglu.

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Este anuncio llegó tras una reunión de hora y media, un día antes, con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, con quien varios analistas consideran que mantenía diferencias políticas. No obstante, el primer ministro ha querido dejar claro que le seguirá siendo leal.

“Pase lo que pase, continuaré mi relación con el presidente hasta el último suspiro”. Además, Davutoglu ha optado por señalar a diferencias políticas con otros colegas del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista cada vez menos moderado) como motivo para su salida del cargo. “No pensaría en continuar como presidente (del AKP) si no hay consenso”, dijo el mandatario turco, dando a entender que, de hecho, no lo hay.

El pasado viernes, el AKP decidió retirar al primer ministro la capacidad de nombrar a los líderes regionales del partido, que ejercía el comité ejecutivo de este grupo político hasta que, en 2002, traspasó este poder a Erdogan, entonces líder del partido. Esta decisión fue interpretada como un apoyo del partido al presidente en detrimento del primer ministro y fue el detonante de la renuncia de Davutoglu.

Aunque la Constitución turca estipula la independencia del jefe de Estado de los partidos políticos, Erdogan no ha dejado de manifestar su preferencia por el AKP (que co-fundó) ni tampoco, de ejercer su influencia en el partido, en el que mantiene numerosos aliados y seguidores.

QUINIELAS PARA LA SUCESIÓN

El sucesor de Davutoglu al frente del partido y del Gobierno se decidirá el próximo 22 de mayo, durante un congreso del AKP. En las quinielas para la sucesión de Davutoglu suenan nombres de políticos aún más fieles a Erdogan como el portavoz gubernamental, Numan Kurtulmus, el ministro de Justicia, Bekir Bozdag, el de Transportes, Binali Yildirim o el yerno de Erdogan y ministro de Energía, Berat Albayrak.

El consejero presidencial, Cemil Ertem, indicó que no habría elecciones en Turquía tras el cambio de liderazgo y que su mandato concluirá en 2019. La lira cayó fuertemente frente al dólar y el euro ante la perspectiva de renuncia de Davutoglu, pero Ertem agregó que el país y su economía se estabilizarán “cuando asuma el cargo un primer ministro más alineado con el presidente Erdogan”.

A pesar de las informaciones sobre el creciente desacuerdo entre el jefe de Estado y el de Gobierno que rodean a la salida del primer ministro, Davutoglu solicitó unidad para el partido “porque el futuro del AKP es el futuro de Turquía”.

Erdogan, un animal político admirado y denostado a partes iguales en Turquía, comentó sobre el anuncio de Davutoglu: “Le deseo lo mejor. Es la decisión del primer ministro”.

Por su parte, el opositor Partido Democrático Popular (CHP, socialdemócrata laico), consideró la salida de Davutoglu como un resultado de las derivas autocráticas de Erdogan. “La dimisión de Davutoglu no deberían percibirse como un asunto interno del partido”, ha afirmado el líder del CHP, Kemal Kiliçdaroglu. “Todos los partidarios de la democracia deben resistir este golpe palaciego”.