El escándalo, destapado la semana pasada por The Daily Telegraph , de los diputados británicos que han abusado de dinero público se cobró ayer las primeras víctimas políticas tanto en las filas laboristas como en las conservadoras. El diputado laborista Elliot Morley, antiguo secretario de Estado de Agricultura, fue suspendido de su grupo parlamentario después de admitir que pidió 16.000 libras (17.760 euros) a cargo del erario público para una hipoteca que ya había pagado. El anuncio de la suspensión lo hizo el propio primer ministro británico, Gordon Brown.

La oposición conservadora no está saliendo menos malparada. El diputado conservador Andrew Mackay, uno de los principales asesores del líder de los tories , David Cameron, dimitió tras reconocer que cometió irregularidades en la solicitud de ayudas para una segunda vivienda.