Que 40 años después de la ruptura entre Argelia y Francia el presidente argelino solicite el Nobel de la paz para su homólogo francés colma las aspiraciones del ´abogado de los árabes´, papel en el que Chirac pretende mostrarse al mundo. Su visita a Argel rompe formalmente el desencuentro pasional entre dos naciones que compartieron 132 años de historia. Pero para los ´sin papeles´ y los jóvenes argelinos de los suburbios franceses, el márketing de Chirac no cambiará absolutamente nada.