El Ministerio de Asuntos Exteriores trataba anoche de descartar la presencia de turistas españoles entre las víctimas del seísmo. La embajada española en Tailandia envió una delegación para averiguar si había viajeros españoles de vacaciones en la región. Toda la zona devastada aúna diversos puntos de gran atracción turística, que en estas fechas viven su temporada alta, por lo que numerosos gobiernos y touroperadores se movilizaron para planificar la evacuación de sus viajeros.

El ministerio español aseguró ayer que, de momento, no tenía constancia de que hubiese víctimas de nacionalidad española, aunque había dudas sobre el estado de una mujer, Araceli Antolín, de 22 años, vecina de Barcelona pero residente en Hong Kong y que se encontraba en la isla tailandesa de Phuket. La joven envió un mensaje de móvil tras el seísmo, pero después no dio señales de vida.

El Ministerio de Exteriores contactó con representaciones diplomáticas europeas en los países afectados, pese a los graves problemas en las comunicaciones. Fuentes de la embajada española en la India indicaron que resultaba imposible dar con datos exactos de las posibles víctimas, mientras que en Tailandia una delegación buscaba a españoles, tras constatar que había víctimas extranjeras en las islas de Phuket y Phi Phi.

SUPERVIVIENTES No fue el caso del empresario barcelonés Juan Manuel Molina Rosillo, con varios negocios turísticos en Phuket, que salvó la vida junto a su familia y varios de sus empleados.

La catástrofe coincide con uno de los momentos más álgidos del turismo. Tailandia, el destino más popular de Asia, recibe 10 millones de visitantes al año, buena parte por Navidad o Fin de Año. Al sur, la isla de Phuket es uno de los reclamos más exitosos, además de Sri Lanka y las islas Maldivas, con medio millón de turistas anuales.