Tras la inaudita decisión del rey de Marruecos, Mohamed VI, que el domingo por la noche revocó el indulto que había concedido al preso español Daniel Galván Viña, condenado por pederastia a 30 años de cárcel, la pregunta es ¿Y ahora qué? En España no se le puede detener porque no tiene ningún delito pendiente. El ministerio del Interior espera ver si finalmente las autoridades judiciales marroquís solicitan a Interpol un código rojo de búsqueda y captura internacional del hombre. Entonces sí se le podría detener.

Nacido en Basora, Irak, hace 64 años, el pederasta trabajó para los servicios secretos iraquíes y según algunos medios de comunicación marroquíes también colaboró con el CNI, que le habría facilitado la identidad española con la que se mueve en los últimos años, y con la que entró en Kenitra, al norte de Rabat. Fuentes del ministerio del Interior no quisieron este mediodía comentar si tras la entrada del pederasta en España, a través de Ceuta, el jueves pasado, ha sido sometido a algún tipo de control o seguimiento. Y si estaba localizado. "Cuando nos llegue la orden de detención, si finalmente nos llega, dudo que, si sigue en España, sea difícil detenerle”, añadieron los mismos interlocutores.

En septiembre del 2011, Galván Viña fue condenado a 30 años, la mayor sanción por pedofilia jamás impuesta en Marruecos, por la violanción de 11 menores de entre 3 y 11 años de edad.

Aunque algunas fuentes indicaron durante el día de hoy que el hombre, tras ser detenido, podría cumplir los 28 años de condena que le quedan en España, otros interlocutores discrepan. En Marruecos hay cárceles y los hechos por los que fue condenado se cometieron en el país vecino. Por lo tanto, no tendría sentido cumplir en España la condena, a no ser que los ministerios de Justicia español y alauí alcancen algún tipo de acuerdo en ese sentido.