Las alianzas internacionales que se forjaron durante los meses anteriores al inicio de la guerra en Irak y que se afianzaron durante la contienda bélica, no parece que las vaya a romper ahora la difícil posguerra. Los jefes de gobierno español e italiano, José María Aznar y Silvio Berlusconi, mostraron ayer su apoyo a la iniciativa estadounidense para que las Naciones Unidas aprueben una fuerza internacional en Irak, un proyecto que Francia y Alemania consideraron la víspera de "insuficiente", críticas a las que ayer también se sumó Rusia. La partida, pues, se repite, con los mismos actores en uno y otro bando.

Villa Certosa, la lujosa finca que el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, tiene en Cerdeña, fue ayer el escenario desde el que Berlusconi y Aznar renovaron sus votos de fidelidad al presidente de EEUU, George Bush. El jefe del Gobierno español subrayó que "la iniciativa que se ha adoptado de buscar una nueva resolución (de la ONU) es positiva" y "está bien encaminada". En alusión a las críticas emitidas ya por las autoridades de Francia y Alemania, Aznar pidió no "emitir ningún juicio previo que pueda significar enfrentamiento o división", y subrayó que las negociaciones para adoptar esa nueva resolución "no han hecho más que comenzar".

EVITAR DISENSIONES

Berlusconi, por su parte, señaló la conveniencia de ampliar al mayor número de países la participación de una fuerza multinacional en Irak. También subrayó que la presidencia italiana de la Unión Europea trabaja para que no haya disensiones entre los Quince sobre el futuro de Irak.

Sin embargo, a priori, las posturas parecen difíciles de reconciliar. El presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, ya mostraron el pasado jueves su escepticismo ante la iniciativa propuesta por Bush. Y ayer se sumó a esta postura Rusia, que también estuvo en el frente de la paz durante la guerra.

CONCRECIONES PREVIAS

El ministro de Exteriores ruso, Igor Ivanov, dejó claro ayer que antes de que su Gobierno apoye la resolución se tendrá que "concretar el mandato de la fuerza multinacional, el plazo de su estancia en Irak y su responsabilidad ante las Naciones Unidas". Ivanov añadió que "en Rusia no existe alergia alguna a que la fuerza multinacional esté dirigidas por EEUU, siempre y cuando obedezca a un mandato del Consejo de Seguridad".

Pero el abismo ya comienza a ser profundo. El secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, acusó ayer a Francia de exacerbar la división internacional, al querer imponer su visión de un mundo "multipolar".