El estallido de violencia en el Sáhara sorprendió ayer a la ministra de Exteriores española, Trinidad Jiménez, de visita oficial en La Paz. Desde la capital boliviana, Jiménez pidió la intervención urgente de Naciones Unidas para resolver el conflicto entre Marruecos y la excolonia española. Según el Ejecutivo, el desmantelamiento del campamento-protesta saharaui es un asunto de "trascendencia internacional" que España no puede tratar de forma bilateral con Marruecos.

La jefa de la diplomacia española declaró que el Consejo de Seguridad, que en estos momentos preside el Reino Unido, debería pronunciarse en cuanto tenga los informes de lo que ocurrió ayer en El Aaiún. Como integrante del Grupo de Países Amigos del Sáhara Occidental, Jiménez ofreció la ayuda de España para favorecer este diálogo, que ayer tenía como escenario Manhasset (cerca de Nueva York), donde saharauis y marroquís mantuvieron una reunión que ya estaba prevista.

CALMA Y CONTENCION Jiménez pidió "calma y contención" a ambas partes, un mensaje en el que también incidió José Luis Rodríguez Zapatero en la reunión de la ejecutiva federal del PSOE, informa Juan Ruiz. Según varios miembros presentes, el presidente del Gobierno reclamó mantener "una relación equilibrada" con Marruecos, "un país puente con un interés estratégico" importante para España.