El conflicto internacional que genera el programa nuclear de Irán se ha colado con fuerza en el III Foro de la Alianza de la Civilizaciones que concluyó ayer en Río de Janeiro. El acuerdo que Brasil y Turquía alcanzaron este mes con el régimen iraní no ha hecho más que enfriar las relaciones entre Estados Unidos y los gobiernos brasileño y turco.

Ayer, en el marco del Foro, los gobiernos de estos dos países exigieron a la comunidad internacional un voto de confianza hacia el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad. En el acuerdo, firmado el 17 de mayo, Irán se compromete a entregar a Turquía 1,2 toneladas de uranio enriquecido al 3,5% para recuperar un año después 120 kilos del material enriquecido al 20% para su reactor médico nuclear.

La exigencia de Brasilia y Ankara se produjo después de que la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, dijera que su país mantiene "desacuerdos muy serios con Brasil", y advirtiera de que el pacto con Irán solo beneficia al régimen de Ahmadineyad porque le permite ganar tiempo para evitar nuevas sanciones de Naciones Unidas.

"UN MUNDO MAS PELIGROSO" Que Irán gane tiempo hace que el mundo sea más peligroso", aseguró el jueves Clinton. EEUU y gran parte de la comunidad internacional sospechan que el objetivo del programa nuclear de Irán no es pacífico sino militar.

"Sabemos que hicimos lo correcto. Estamos buscando un camino de diálogo y de entendimiento, y esto producirá resultados", dijo ayer el canciller brasileño, Celso Amorim, refiriéndose al acuerdo firmado con Irán. "La acción de Brasil y de Turquía pertenece a la cultura de la paz, las soluciones punitivas responden a la cultura del conflicto", añadió Amorim.

Los gobiernos de Brasilia y Ankara se oponen a que la ONU imponga más sanciones a Irán, a pesar de que Rusia y China, aliados tradicionales de Teherán, han dado señales de apoyar nuevas medidas de castigo.

Por otro lado, el ministro Amorim lamentó que en el Foro de este año no esté presente el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, impulsor de la Alianza de las Civilizaciones. El ministro Miguel Angel Moratinos representó a Zapatero, que suspendió su viaje a última hora para centrarse en las medidas anticrisis y la reforma laboral.