El desastre se veía venir, pero los que podían evitarlo miraron hacia otro lado. En la madrugada de ayer ya era tarde cuando miles de colombianos desesperados salieron a las calles a pedir a las "pirámides financieras"--entidades que prometían rendimientos del 150% a los depósitos de personas por lo general humildes-- que les devuelvan su dinero.

Las "pirámides" estaban con las puertas cerradas y a algunos de sus gerentes se los vio escapar por los tejados. La estafa, del orden de los 160 millones de euros, se había consumado hasta con una cuota de envilecimiento. No faltaron quienes antes de darse a la fuga dejaron en los locales textos agravantes: Pastusos giles (tontos), nos fuimos, gracias por creer , pudo leerse en una oficina de Pasto, a unos 1.000 kilómetros de Bogotá.

La situación de desamparo de los ahorristas no hizo más que arrojar gasolina al fuego. Los disturbios se extendieron especialmente en el sur del país, donde se diseminó con mayor fuerza la ilusión del "dinero fácil". En cinco ciudades se decretó el toque de queda.

SIN OBSTACULOS En el departamento de Nariño (sureste), el Defensor del Pueblo de la localidad de Buesaco, funcionario de la DRFE (Dinero Rápido Fácil y Efectivo), fue asesinado por una muchedumbre enardecida. El Gobierno del presidente Uribe había ordenado a DRFE devolver "la totalidad del dinero captado del público". La policía ocupó ayer 65 de sus sucursales e incautó millones de euros.

DRFE tenía 53 oficinas en Colombia. Pese a que el Estado consideraba que no era "una institución financiera sometida a la inspección ni a la vigilancia", ni estaba "autorizada para captar recursos del público", el negocio se desarrollaba sin mayores obstáculos. Antes de que el sistema se derrumbara, la justicia había condenado a una sola persona por "captación ilegal de dinero".

Numerosos analistas se preguntaban por qué el Gobierno se demoró tanto en tomar el toro por las astas. El ministro del Interior, Fabio Valencia, reconoció que hubo "ineficacia y lentitud", pero el vicepresidente, Francisco Santos, descargó culpas en la gente que mordió el anzuelo.