Ni la primera ni la segunda guerra mundial lograron que echaran el cierre. Mientras los cadáveres se agolpaban en las trincheras y las bombas arrasaban barrios enteros, los patronos siguieron sirviendo tragos de ginebra y pintas de cerveza a los parroquianos. Ahora, por primera vez en la historia del país, los pubs británicos están cerrados. «Hemos retirado al pueblo libre del Reino Unido su derecho ancestral e inalienable de ir al pub», declaró el pasado 20 de marzo Boris Johnson al anunciar el cierre, que, en muchos casos, puede ser definitivo. Una institución en la vida social británica corre peligro mortal.

«Casi la mitad de los pubs en el Reino Unido van a tener que cerrar, a menos que el Gobierno nos dé más ayuda», ha advertido Emma McClarkin de la Asociación Británica de Cerveza y Pus (BBPA). Uno de cada cuatro locales no podrá sobrevivir más allá de septiembre si no recibe refuerzos extra. La amenaza acecha a 19.000 de los 47.000 pubs existentes en el país, en un sector que emplea a 320.000 personas. En el plan de desescalada del Gobierno su apertura figura entre las últimas de la cola. Con mucha suerte podrán hacerlo en agosto o septiembre, o puede que bien entrado el otoño.

Vales y cupones

Los gritos de auxilio se suceden con peticiones y colectas para recaudar fondos que permitan sobrevivir. Al menos una quincena de crowdfundings están en marcha. Algunos venden vales o cupones, canjeables por bebida y comida en el momento de la reapertura. Otros piden donativos. Es el caso de uno de los locales más famosos en el Soho londinense. The French House, con 129 años de vida, necesita recaudar 80.000 libras (92.000 euros) para cubrir gastos. El viernes por la tarde se acercaba a las 60.000. El Barge East, un pub flotante en el río Lee, recaudó 32.000 libras en menos de un mes.

Hay quienes buscan fórmulas ingeniosas para salir adelante. Una fábrica de cerveza local, al este también de Londres, Forest Road Brewing Co., ha inventado el pub sobre ruedas instalado en una furgoneta. Tienen demanda cubierta hasta final de mayo y están pensando en una expansión más allá del vecindario.

Las fábricas de cerveza también están amenazadas por la quiebra tras una caída en las ventas del 82%. Los impagados se acumulan y una las facturas más inabordables es la del alquiler. La confederación de pubs británicos pidió el viernes a las grandes compañías de propietarios de los locales que cancelen los alquileres mientras dure el cierre, o de lo contrario «se enfrentan al colapso de miles de pubs con la pérdida de decenas de miles de puestos de trabajo». De esas seis grandes firmas, que monopolizan buena parte del sector, solo una, Admiral Taverns, ha aceptado suspender el alquiler mientras dure la crisis.