El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, dictó ayer una sentencia que puede resultar trascendental para la evolución política de Bosnia-Herzegovina y que, teóricamente, obliga a reformar su Constitución. El tribunal considera que esta es "discriminatoria" porque impide a ciertos ciudadanos, en base a su origen étnico, acceder a algunas instancias del poder.

La Constitución, que es parte de los acuerdos de Dayton que pusieron fin a la guerra (1992-95), declara "pueblos constituyentes" de Bosnia a serbios, croatas y musulmanes, y los distingue de "otros". La Cámara alta del Parlamento está reservada a dichas comunidades. Igualmente, la Constitución establece una presidencia tripartita, formada por un serbio, un croata y un musulmán.

Dos ciudadanos bosnios, Jakob Finci, judío, y Dervo Sejdic, gitano, presentaron la demanda en Estrasburgo. Ambos son figuras destacadas que han ocupado cargos relevantes. Finci, embajador de Bosnia en Suiza, intentó concurrir a las presidenciales en el 2007 y la Comisión Electoral se lo impidió.

Bosnia se encuentra ya inmersa en una negociación, impulsada por EEUU y la UE, para reformar la Constitución, pero el diálogo está empantanado. La sentencia de ayer sin duda añadirá nuevas presiones al proceso.