Los conservadores confiaban en obtener más del 40% de los sufragios en las elecciones municipales en Inglaterra y Gales, cuyos resultados se conocerán hoy. Los laboristas temían volver a ser relegados a una tercera posición, tras los liberales, y se preparaban para una derrota, que será catastrófica si no alcanzan al menos el 26% de los votos. En este contexto, los estrategas del primer ministro, Gordon Brown, están preparando un plan para limitar los daños y devolver la iniciativa a un líder que parece incapaz de detener su caída. Desde el Gobierno descartaron que Brown esté pensando hacer una remodelación del Gabinete. "Contratacaremos con sustancia, no con un cambio de los muebles", declaró una fuente del Ejecutivo al diario The Times .

Los laboristas recuerdan que pese al descalabro que sufrieron en las elecciones locales del 2004 y de la ventaja de los conservadores, Tony Blair volvió a ganar en las elecciones generales del 2005. Pero Brown no es Blair y cuando en la Cámara de los Comunes Cameron dijo recientemente que "los laboristas no tienen un líder, sino un perdedor", pareció dar en el blanco.

Los resultados de las elecciones de ayer pueden determinar el futuro calendario electoral. Si los laboristas ganan en Londres, Brown podría adelantar al año que viene las generales. Si no, el primer ministro apuraría la legislatura hasta el 2010.