La aprobación del futuro marco plurianual financiero de la UE para el período 2021-2027 no implica solo a los gobiernos europeos. Como autoridad presupuestaria que es, la Eurocámara también tiene mucho que decir y este miércoles ha dejado claro que ni la propuesta inicial de la Comisión Europea (presupuesto del 1,11% del PIB de los 27) ni el compromiso propuesto en diciembre por la presidencia finlandesa (1,07%) son suficientes para responder a las necesidades y ambición de la UE.

"El presupuesto necesita un 1,3%. Es la dotación para mantener a flote los programas: los existentes y los nuevos", ha avisado el presidente David Sassoli tras un debate con la Comisión Europea al que declinado asistir el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Una ausencia que, pese a lo crucial del momento, no se ha tomado mal. "Hay que respetar su decisión", ha valorado sin entrar en más polémicas.

Salvo la familia liberal, la mayoría de los grupos políticos no obstante sí han recibido mal la negativa del presidente de la UE a desplazarse a Estrasburgo para explicar como afronta la negociación ante la cumbre extraordinaria del 20 de febrero porque consideran que "tiene mucho que escuchar", ha dicho la presidenta de los de los socialistas, Iratxe García.

La sensación en la Eurocámara es que la propuesta a debate en el Consejo, el 1,07% que propusieron los finlandeses a finales del año pasado, se "queda corta" y no permite mantener la "ambición" ni el gasto de la política agrícola común y la cohesión intactos, al tiempo que se financian los nuevos objetivos en cambio climático, transformación digital o seguridad.

MENOS ERASMUS Y MENOS GUARDIAS DE FRONTERAS

Concretamente, la propuesta finlandesa supondría recorte del presupuesto en 240.000 millones, que significará menos estudiantes de Erasmus y menos guardias de fronteras, ha explicado Sassoli. "El recorte es sonrojante. Mejor cerrar el servicio. Es dinero que condiciona la vida de nuestra ciudadanía", ha insistido. Un recorte que sería todavía más sangrante con un presupuesto del 1% del PIB, tal y como exigen Austria, Dinamarca, Suecia y Holanda.

"Queremos llegar a un acuerdo con el Consejo pero si se niegan a modificar su posición y no aceptan la posición del Parlamento Europeo llegaremos hasta el final y rechazaremos el nuevo presupuesto plurianial de la UE", ha amenazado Sassoli reprobando la actitud de algunos gobiernos que "no se dan cuenta de que financiar políticas de la UE también significa financiar políticas para sus ciudadanos".

El socialista italiano, que ha insistido en que no se trata de una revuelta del Parlamento Europeo sino de hacer uso de sus prerrogativas, ha evitado apuntar con el dedo a los estados miembros pero sí ha destacado que "muchos de aquellos países que tienen problemas con lo que indicamos son países que se benefician de muchos descuentos y rebajas", ha criticado en relación a un sistema de descuentos que permite a países como Holanda o Dinamarca recuperar de vuelta parte de la financiación que aportan al presupuesto de la UE.

"Somos lo suficientemente maduros y adultos como para saber que hay que negociar" pero "la negociación no se circunscribe al volumen del marco financiero plurianual" ha avisado reclamando una vieja demanda: la creación de nuevos recursos propios para financiar el presupuesto de la UE.