Cerca de una veintena de eurodiputados liderados por el vicepresidente de la Eurocámara Alejo Vidal-Quadras criticaron hoy el "silencio" de la Unión Europea ante el ataque perpetrado el pasado mes de febrero contra el campamento Liberty en Irak, donde se refugian opositores iraníes.

"Es muy triste y sorprendente que, excepto unas palabras insignificantes de la baronesa (Catherine) Ashton (jefa de la diplomacia europea), la UE se haya mantenido en silencio ante este ataque criminal", señalan los parlamentarios en una carta dirigida a los presidentes de la Comisión y del Consejo Europeo, José Manuel Durao Barroso y Herman Van Rompuy.

Según el escrito, existe información "creíble" que apunta a que el ataque fue desarrollado por unidades especiales de los Guardianes de la Revolución iraníes con colaboración del Gobierno de Irak, un golpe que ya era temido por la oposición iraní.

Vidal-Quadras y el resto de eurodiputados consideran que la "indiferencia" de la UE ante el ataque es especialmente inadecuada pues Ashton apoyó el traslado de esos refugiados iraníes del campamento Ashraf al campamento Liberty.

"Esta inaceptable falta de acción y este silencio ha inspirado al régimen iraní y al Gobierno iraquí a concluir que las consecuencias de estos ataques son mínimas para ellos", denuncian.

Por ello, demandan a la UE una "condena contundente" del atentado, que se realoje temporalmente a los residentes del campamento Liberty en el más seguro de Ashraf y que se sustituya al enviado especial de la ONU por haberse "puesto repetidamente de lado del Gobierno iraquí".

Siete miembros de la organización opositora iraní "Muyahidín Jalq" (combatientes del pueblo) murieron y más de un centenar resultaron heridos en el ataque con cohetes perpetrado contra el campamento en el que se refugian en Irak.

Los miembros de ese grupo, creado en 1979 tras el triunfo de la revolución islámica en Irán, fueron acogidos y protegidos por el entonces presidente iraquí, Sadam Husein, y desde territorio de Irak lanzaban ataques contra Irán, que les consideró terroristas, y aunque en 1990 depusieron las armas, algunos países aún los mantienen en su lista negra.