El primer ministro ruso, Vladimir Putin, llamó ayer a los líderes europeos a reconocer "los errores políticos" de sus predecesores que llevaron al inicio de la segunda guerra mundial y rindió tributo a "millones de soldados de la coalición antihitleriana, partisanos y civiles que murieron a manos de los verdugos nazis". Fue un llamamiento realizado durante la celebración en Gdansk (Polonia) del 70º aniversario del comienzo de la guerra más sangrienta de la historia.

Putin reiteró ayer que el pacto Molotov-Ribbentrop, por el que la Unión Soviética y la Alemania nazi se repartieron Polonia y el resto de Europa en 1939, fue "inaceptable desde el punto de vista moral". "Hay que reconocer los errores. Nuestro país ya lo ha hecho. El Parlamento ruso condenó ese pacto. Esperamos que otros países que habían suscrito pactos similares con el régimen nazi también lo hagan", añadió. Este mea culpa a medias contrasta con la asunción de responsabilidades sin ambajes que realizó la cancillera alemana, Angela Merkel, en su discurso.

POLEMICA PREVIA Putin y Merkel viajaron junto a los dirigentes de 20 países a Polonia para conmemorar la invasión alemana que marcó el estallido bélico. En el primer acto de la jornada, los dirigentes polacos, diplomá- ticos y antiguos combatientes se reunieron a las 4.45, hora en la que sonaron los primeros cañonazos que dieron inicio a la guerra en Westerplatte, cerca de Gdansk (antigua Dánzig).

"Estamos aquí para recordar quién fue el agresor y quién fue la víctima en esta guerra, puesto que sin una memoria honesta, ni Europa, ni Polonia, ni el mundo podrían vivir jamás en seguridad", dijo por su parte el primer ministro polaco, Donald Tusk.

Las ceremonias conmemorativas fueron precedidas por una fuerte polémica entre Europa y Rusia sobre el papel del dictador soviético Iosif Stalin, quien en 1939 firmó el pacto de no agresión con la Alemania nazi. Mientras el Kremlin destaca el papel clave de la URSS en la victoria frente a Hitler en 1945, los polacos y bálticos culpan a Stalin de la guerra por repartirse Polonia con Hitler, así como de la anexión de los estados bálticos.

El Kremlin se ha opuesto firmemente a que se presente a la URSS como agresora en la guerra, en la que murieron al menos 27 millones de sus ciudadanos. Pero muchos europeos sostienen que el pacto de no agresión --del que Hitler renegó en 1941 al invadir la URSS-- fue el detonante de la invasión de Polonia y de la segunda guerra mundial. "Respecto a lo que precedió a la tragedia, corresponde a los expertos determinarlo", dijo Putin acerca del grupo de historiadores que tratarán de arrojar luz sobre las sombras del conflicto.

Pese a esas discrepancias, el primer ministro ruso, que curiosamente se hospedó en un hotel de lujo en el que hace 70 años se alojó el propio Hitler, aseguró ayer que tenía la esperanza de que las relaciones entre Polonia y Rusia mejoren y se liberen de los lastres del pasado. En este sentido, el encuentro entre Putin y Tusk se produjo en un clima amigable.

MASACRE DE KATYN Una de las cuestiones todavía sin resolver es la matanza de más de 22.000 oficiales polacos, prisioneros de guerra, en el campo de concentración ruso de Katyn en 1940. En la ceremonia celebrada en Westerplatte, el presidente polaco, Lech Kaczynski, comparó los asesinatos de Katyn con el genocidio nazi. "Hay una cosa que une a esos crímenes, aunque su magnitud fue diferente. Los judíos murieron por ser judíos. Los oficiales polacos murieron por ser oficiales polacos", dijo.

Polonia quiere que Rusia pida perdón por la masacre de Katyn. Sin embargo, el Kremlin se ha abstenido hasta el momento, justificando la matanza de los militares polacos con similares antecedentes históricos entre los dos países. En 1919, el Ejército polaco fusiló a más de 20.000 soldados del Ejército Rojo.

Ayer mismo, el Servicio de Inteligencia Exterior ruso publicó "documentos inéditos" sobre la política polaca en 1935-1945, con "planes secretos" de atacar a la URSS junto con la Alemania nazi en vísperas de la guerra. Las acusaciones han causado indignación en Polonia. "Tenemos que oponernos a los intentos de escribir una nueva historia", señaló ayer mismo Kaczynski en el diario polaco Rzeczpospolita .