El Parlamento Europeo aprobó ayer con reservas la adhesión de Bulgaria y Rumanía a la Unión Europea (UE) el 1 de enero del 2007. La aprobación sólo fue posible después de obtener garantías por escrito de la Comisión Europea y del Consejo de Ministros de la UE de que se tendrá en cuenta la posición de la Eurocámara en caso de plantearse un retraso de la adhesión si alguno de los dos países no alcanza los requisitos mínimos exigidos. Esto evitó que se tenga que retrasar la firma de los tratados de adhesión, prevista para el próximo día 25.

Muchos eurodiputados consideraban que aprobar la adhesión era como firmar un cheque en blanco para ambos países 20 meses antes de su ingreso y aún con graves deficiencias por resolver en materia de justicia e interior, derechos humanos, corrupción y libertad de prensa.

El Grupo Popular acordó incluso, en la noche del martes, pedir el aplazamiento de la votación, tras imponerse los sectores alemán y francés a las delegaciones española, italiana y británica. El Grupo Verde también defendió que se aplazara el voto hasta que la Comisión presente en noviembre un informe sobre la situación de ambos países para verificar que se han resuelto los problemas pendientes.

Como telón de fondo de la discusión, estuvo presente la preocupación por el creciente auge en Francia de los partidarios de rechazar la Euroconstitución.

COMPROMISOS Para vencer las resistencias de los eurodiputados, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, se comprometió en una carta al presidente de la Eurocámara, Josep Borrell, a tener en cuenta la opinión del Parlamento si tras el informe de noviembre cree que debe aplicarse la cláusula de salvaguardia y retrasar la adhesión un año. El presidente semestral de la UE, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, también ofreció garantías por escrito a la Eurocámara.