Serbia ahuyentó ayer el fantasma del alejamiento de la Unión Europea y el regreso al aislamiento que caracterizó la década de los 90 bajo el régimen de Slobodan Milosevic.

La coalición europeísta formada en torno al Partido Democrático (DS) del presidente serbio, Boris Tadic, resultó vencedora de las elecciones legislativas con el 39% de los votos, casi 11 puntos más que el ultranacionalista Partido Radical Serbio (SRS), que se quedó con un 28,6% de los votos, según la proyección ofrecida por el Centro para las Elecciones Libres y la Democracia (Cesid), en base a una muestra de mesas electorales. La "victoria convincente" del bloque europeísta, como la calificó Zoran Lucic (uno de los responsables del Cesid), aunque mucho más amplia de lo que pronosticaban los sondeos, no le da sin embargo la mayoría suficiente para gobernar y necesitará formar alianzas con otros partidos.

Según la proyección, la coalición de Tadic obtendría unos 103 escaños de los 250 que constituyen el Parlamento, frente a los 76 que obtendría el SRS, encabezado por Tomislav Nikolic.

LA LLAVE DEL GOBIERNO La llave del Gobierno está ahora en manos del Partido Democrático de Serbia (DSS), que lidera el primer ministro en funciones, Vojislav Kostunica, y del Partido Socialista de Serbia (SPS), la que fue la formación de Milosevic. El DSS obtuvo un 11,6% de los votos y 30 escaños, y el SPS un 8,2% y 21 escaños.

El SRS, que fue el principal aliado de Milosevic y cuyo líder, Vojislav Seselj, está siendo juzgado en el Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia por crímenes de guerra, logró una mayoría relativa en las elecciones del 2003 y el 2007, pero la alianza entre Tadic y el DSS de Kostunica impidió la llegada de los ultras al poder.

Esta alianza, sin embargo, está ahora rota y todos los observadores daban por supuesto que Kostunica pactaría esta vez con los ultras, lo que había desatado los peores augurios. Pero, a la vista de los resultados, un pacto entre ambos resultaría insuficiente. Así pues, el SPS puede jugar un papel decisivo. "A lo mejor hay sorpresas. El SPS podría apoyar a Tadic para quitarse de encima el legado de Milosevic", señaló hace unos días a este diario James Lyon, analista del prestigioso International Crisis Group.

Según la proyección, el también europeísta Partido Liberal Demócrata --el único que reconoce abiertamente la independencia de Kosovo-- logró el 5,2% de los votos y 13 escaños, con lo que su apoyo sería insuficiente para garantizar a la coalición de Tadic el poder formar Gobierno.

Los europeístas pueden sin embargo lograr también el concurso de algunos pequeños partidos de corte étnico (como los de la minoría húngara o los musulmanes del Sandzak).

La participación en los comicios, considerados los más importantes desde la caída de Milosevic, fue del 60,7%, algo inferior a lo que se esperaba. Unos 6,7 millones de electores estaban llamados a las urnas.

Desde la convocatoria de las elecciones, la UE no ha hecho esfuerzos por disimular su apoyo a la candidatura de Tadic, aceleró la firma del Acuerdo de Asociación y Estabilización con Serbia para que se produjeran antes de los comicios y ofreció visados gratuitos a la mayoría de ciudadanos serbios. Parece que la estrategia ha funcionado.

Mucho más controvertido resultó que Serbia decidiera, en un desafío a las autoridades kosovares y a la misión de la ONU (Unmik), organizar también elecciones locales en los municipios de mayoría serbia en Kosovo (al igual que se celebraban también ayer municipales en la propia Serbia), algo que no ocurría desde el año 1999, cuando la Unmik asumió la administración del territorio.