El presidente de Bolivia, Evo Morales, reconoció ayer por primera vez que los sindicatos de productores de coca que él dirige desvían parte de su producción al narcotráfico y aumentan sus cultivos de la hoja al margen de los pactos firmados con el Gobierno.

En un acto celebrado en Chapare, en el centro de Bolivia, Morales advirtió a los campesinos que con su actitud pueden "desprestigiar" a su Gobierno y las reformas sociales que encabeza.

El presidente boliviano criticó también que para au- mentar su producción, los cocaleros hayan llegado incluso a inscribir a niños como propietarios de las parcelas para darles su propio cocal. Morales recordó a los campesinos que en el Chapare no puede haber más parcelas de coca que las existentes actualmente, alrededor de 7.000.

El gobernante quiere modificar la ley antidroga para que a las 12.000 hectáreas legales que hay en los Yungas (departamento de La Paz), que van al llamado "consumo cultural", se sumen las de Chapare y mil en otros lugares para tener un total de 20.000.