Evo Morales cerró su campaña como mejor le gusta: bailando entre miles de banderas bolivianas y whipalas que, con sus siete colores, representan a todas las etnias andinas. El entusiasmo lo llevó a predecir que, mañana, será ratificado en su cargo de presidente de Bolivia con el 80% de los votos. Los más optimistas dentro del Gobierno piensan que, sin embargo, el presidente ganará el referendo revocatorio con un 58% de los votos. La oposición ya avisó de que no tendrá razones para festejar: si triunfa a nivel nacional pero pierde en las regiones díscolas, la últimas amenazan con no reconocerlo como la máxima autoridad.

"Evo sí", "Revolución", coreó la multitud en la madrugada de ayer bajo la nevisca que cayó sobre el barrio La Ceja de El Alto. En esa ciudadela de un millón de habitantes, a 4.100 metros de altura, Morales tiene un apoyo casi unánime. Allí es "uno más" entre la mayoría de inmigrantes de origen aymará y quechua. Las ovaciones le devolvieron un entusiasmo que le es esquivo en el Oriente. La situación ha llegado al punto de que el presidente no ha podido pisar cuatro departamentos dominados por una oposición que ni siquiera aceptó decretar la ley seca, cara a la votación. Estas imposibilidades llevaron a Morales a asegurar que los regímenes militares de los años 70 ahora son reemplazados por "dictaduras civiles". El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, fue más apocalíptico: "Estamos en el umbral de un verdadero golpe de Estado".

IMPREDECIBLE Desde el piso 11º, donde se ubica su oficina en el centro de esta ciudad, el expresidente Carlos Mesa ve caer la lluvia y cree que lo único predecible aquí son las bajas temperaturas. "Mire que este es un país complejo, inestable, pero nunca se ha vivido un escenario como el actual", dice. Para Mesa, que tuvo que abandonar el poder asfixiado por los cortes de carreteras liderados por Morales, el referendo revocatorio de mañana no cambiará en nada el panorama.

"Todos sabemos que el lunes 11, en el mejor de los casos, estaremos igual. Evo se declarará ganador. Los departamentos dirán que Evo no es presidente de esas regiones. Y los estatutos autonómicos aprobados por Santa Cruz, Beni, Pano y Tarija tampoco se podrán aplicar. Unos y otros han adoptado la misma concepción irracional: creen estar en el umbral de un día D, pero ya han pasado seis días D y seguimos en lo mismo", explica a este diario. Mañana, los bolivianos no solo pueden ratificar o echar al presidente Morales. Ocho de los nueve prefectos (gobernadores) también deberán pasar el examen. La Corte Electoral fijó en 50% el mínimo para la revocación. A Mesa no le sorprenden esas declaraciones.

El país, dice, vive en la ilegalidad total. Tanto los pasados referendos autonómicos como el del día 10 son "un despropósito jurídico". Días atrás, Morales reconoció que "lo político" prima sobre "lo jurídico" y si algo es "ilegal" debe ser "legalizado".

REITERACION Mesa cree que, si él hubiera dicho esa frase, todavía le estarían "arrastrando por la plaza Murillo". En este sentido, después de que el alcalde de Santa Cruz, Percy Fernández, pidiera a los militares "tumbar al Gobierno porque no sirve", el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el general Luis Trigo Antelo, se vio obligado a reiterar que los uniformados "somos garantes de la democracia" y se han "comprometido" en la lucha contra la pobreza.