El presidente boliviano Evo Morales le pidió a sus seguidores desencantados, que este miércoles salen a la calle a protestar, "no ser instrumentos de la derecha que quiere acabar con el proceso de profundas transformaciones estructurales".

Morales hizo el llamamiento en respuesta a la huelga general convocada por la Central Obrera Boliviana (COB) en repudio a la represión de 1500 indígenas que rechazan que se construya una carretera en una reserva natural. También el Movimiento al Socialismo (MAS) exige al Gobierno que abandone definitivamente la iniciativa que quiere someter a una consulta popular en las regiones involucradas, Cochabamba y el Beni. Pero Morales defendió el mecanismo de la consulta vehementemente. "Siempre se presentaron problemas que los enfrentamos, como el referéndum revocatorio, los intentos de golpe de Estado. Fueron batallas ganadas con la conciencia del pueblo boliviano", dijo.

El mandatario habló en la noche del martes durante la toma de posesión de los nuevos ministros de Defensa y Gobierno, Rubén Saavedra y Wilfredo Chávez, en sustitución de María Cecilia Chacón y Sacha Llorenti, respectivamente. Chacón dimitió porque no estaba de acuerdo con la violenta manera en que intentó resolverse el conflicto suscitado por la carretera en el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), en la Amazonía boliviana. Llorenti, así como su segundo, Marcos Farfán, terminaron salpicados por el escándalo. Pero la sangría en el Gobierno podría continuar.

De acuerdo con el diario La Razón, la petición de intervención policial para frenar la marcha indígena no provino de Llorenti sino de la ministra de Justicia, Nilda Copa. Morales reconoció que se violaron los derechos humanos de los manifestantes y prometió una investigación judicial implacable de lo ocurrido. No obstante, lamentó la manipulación que, a su juicio, hicieron los medios de comunicación de los acontecimientos. "Difundieron mentiras", dijo.

Por último, el presidente convocó otra vez al diálogo con las comunidades originarias que protestan,"para entender y entendernos y bajo la convicción de que primero está la Patria, sin olvidar las necesidades del pueblo y la capacidad económica del Gobierno nacional". La huelga lanzada por la COB, un aliado de Morales, aunque con márgenes de maniobra propia, descolocó al MAS, que no termina de asimilar el revés político y se ve inmerso en una discusión interna.

El ministro de Trabajo, Daniel Santalla, dijo que la protesta no tiene razón de ser porque se han tomado cartas en el asunto. "Nosotros vamos a continuar", afirmó el diputado indígena Pedro Nuni, uno de lo líderes de la marcha. Los indígenas se encuentran cerca de Yucumo, a 320 kilómetros al noreste de La Paz, donde fueron interceptados por las fuerzas de seguridad.

De acuerdo con Nuni, el movimiento quiere que el proyecto de la carretera ni siquiera sea sometido a una consulta: "Que se cancele", insistió. Pero, a la vez, los indígenas de la región oriental quieren ahora que se los escuche en otros temas pendientes: los efectos de las actividades petroleras en sus comunidades, titulación de territorios, las compensaciones por la emisión de gases de efecto invernadero y el derecho a la consulta en todas las leyes de su interés.