El flamante primer ministro de Bulgaria, Boiko Borisov, elegido hoy por el Parlamento en Sofía, es un antiguo guardaespaldas, sospechoso de haber tenido contacto con el crimen organizado, aunque actualmente es sin duda el político más popular del país balcánico. Él mismo se considera como el "salvador y mesías" que erradicará la corrupción y delincuencia organizada en este país.

Borisov y su populista "Ciudadanos para Desarrollo Europeo de Bulgaria" (GERB, en sus siglas en búlgaro), ganaron las elecciones del pasado 5 de julio con más del 39 por ciento de los votos.

Nacido en 1959 en un suburbio capitalino, el hasta ahora alcalde de Sofía, se ha ganado los corazones de la población con sus declaraciones directas y populistas contra los socialistas. Ha llegado a prometer que meterá la mitad de ellos en la cárcel por abusos de poder y fraudes.

Considerado como un hombre honesto, comunicativo y trabajador, Borisov no tiene problemas en utilizar un lenguaje callejero y rústico en sus comparecencias públicas. Borisov se graduó en la Academia Superior del Ministerio de Interior como bombero y luego se formó como maestro de kárate. Al principios de los años noventa fue primero guardaespaldas del ex dictador comunista, Todor Yivkov, y luego responsable de seguridad de Simeón de Bulgaria, último rey del país. En los primeros años de la transición, hasta el año 2000, Borisov fue además socio de varios personajes destacados del hampa búlgara que, según los servicios secretos, controlaban entonces el tráfico de drogas, la prostitución y el contrabando. No obstante, siempre ha negado haber cometido delito alguno, asegurando que todo son "manipulaciones de los comunistas".

Cuando Simeón de Bulgaria se convirtió en primer ministro tras las elecciones del año 2001, Borisov fue promocionado a secretario general en el Ministerio del Interior. Su fama y popularidad empezó a crecer como responsable de varias operaciones contra el crimen organizado.

Tras la victoria socialista en las elecciones de 2005, Borisov abandonó el Ministerio y se presentó como candidato a alcalde de Sofía, un cargo que ocupa hoy. Soltero y apuesto, Borisov vive desde hace años con su novia, Tsvetelina Borislavova, directora del consejo de control de uno de los grandes bancos en Bulgaria.