El abogado de Charles Taylor, Karim Khan, se negó hoy a defender a su cliente y abandonó la sala al inicio del juicio que el Tribunal Especial para Sierra Leona (TESL) celebra en La Haya contra el ex presidente de Liberia por crímenes de guerra y lesa humanidad.

Antes de que la Fiscalía pudiera comenzar a exponer sus alegaciones iniciales, Khan leyó una carta de Taylor en la que éste anunciaba el despido de su abogado y explicaba que no quería comparecer ante la Corte al considerar que no recibirá un juicio justo.

A pesar de que la Corte obligara a Khan a representar hoy y en ausencia de Taylor al ex presidente liberiano, al abogado le pareció inapropiado por lo quedesobedeció la directiva del tribunal y abandonó la sala. Tras este incidente, la presidenta de la Corte, Julia Sebutinde, obligó al abogado adjunto de Khan a defender los intereses de Taylor durante la lectura de las alegaciones iniciales.

El inicio del juicio de Taylor trae a la memoria el que se siguió en el Tribunal Penal Internacional de La Haya para la antigua Yugoslavia (TPIY) contra el ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, quien también despidió a su abogado en los prolegómenos y después rechazó nombrar a otro letrado.

Taylor, primer líder africano juzgado en un Tribunal Internacional, está acusado de once cargos, entre ellos asesinato, mutilaciones, esclavitud, violencia sexual y uso de niños soldados durante la guerra civil de Sierra Leona entre el 30 de noviembre de 1996 y el 18 de enero de 2002. Taylor presuntamente entrenó, financió y controló desde Liberia a los rebeldes del sierraleonés Frente Unido Revolucionario (RUF, en sus siglas en inglés) a cambio de diamantes.

El RUF cometió durante la guerra civil en Sierra Leona, que duró de 1991 a 2002, actos inhumanos como la mutilación de civiles, a los que se les amputaban sus extremidades con hachas y machetes.

La Fiscalía del TESL estima que el juicio a Taylor, que está detenido en la penitenciaría de Scheveningen, ciudad cercana a La Haya, durará 18 meses, con lo que concluiría en diciembre de 2008 y se pronunciaría la sentencia a mediados de 2009. El que es considerado uno de los "señores de la guerra" más temibles de África, tenía un equipo de cuatro abogados antes de producirse los acontecimientos de hoy.