La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) presionó a uno de sus principales agentes para que falsificara datos sobre las armas de destrucción masiva de Irak --con las que la Casa Blanca justificó la invasión de ese país en el 2003-- y tomó represalias contra él cuando se negó a hacerlo. Esto es lo que sostiene la demanda judicial presentada ahora por el agente, que fue despedido en agosto y es el primero en denunciar directamente a la CIA por sus manipulaciones sobre las famosas armas, que no han aparecido.

"Sus informaciones contradecían el dogma oficial, y ellos no querían escucharlas", explicó a The Washington Post Roy Krieger, abogado del agente, cuyo nombre no ha sido revelado. Se sabe, sin embargo, que es un veterano con 23 años de servicio en la CIA, y que presentó su demanda el pasado viernes ante un tribunal de la capital, Washington.

Según la demanda, en poder del Post , el agente fue presionado por sus superiores para que ajustara sus datos sobre las armas de destrucción masiva a la posición de la Casa Blanca. Allí, en los prolegómenos de la guerra de Irak, el presidente, George Bush, no se cansaba de insistir en que eran una grave amenaza para el mundo. Al agente le pidieron, además, suprimir las informaciones opuestas a esta posición.

ENTREVISTA CON PORTER GOSS Un alto funcionario "insistió en que falsificara los datos que transmitía", y cuando el agente se negó, "los jefes" de la División de Contraproliferación de la CIA le ordenaron "que suspendiera todo contacto" con la fuente de sus informaciones, sostiene también la demanda. Además, el agente denuncia que sus superiores le engañaron, diciéndole que ellos transmitirían sus datos a Bush y que diseminarían sus otros informes de espionaje a través de los canales normales, cosa que nunca hicieron.

En las últimas semanas, el abogado del agente ha solicitado --por escrito-- una entrevista de su defendido con el nuevo director de la CIA, Porter Goss. Quiere, dice, plantearle "la seriedad de las acusaciones de la demanda, incluyendo la de engañar deliberadamente al presidente sobre información de inteligencia referente a armas de destrucción masiva".

READMISION Y DINERO En su demanda, el agente solicita que la CIA lo readmita, le conceda la promoción que le negó, dice, como represalia, y le abone los salarios no percibidos, además de los gastos legales. También exige una cantidad de dinero que compense los perjuicios que ha sufrido, en vista de la ambiciosa operación de sus superiores para desprestigiarle y despedirle.

De entrada, le abrieron una investigación acusándole de haber tenido relaciones sexuales con una informante, algo que aprovecharon para privarle de una promoción. Después le abrieron otra investigación con la acusación de que había robado dinero a la CIA. En septiembre del 2003 le suspendieron y en agosto de ese año le despidieron.