La Ley sobre Adopción Internacional dice que en caso de catástrofes, como es la actual situación de Haití, no se podrán tramitar solicitudes de adopción de menores de ese país, ha afirmado hoy a Efe el presidente de la Federación de Asociaciones de Adopción Internacional (ADECOP), Miguel Góngora.

Además, hasta que el país no tenga una autoridad específica que controle la adopción, o hasta que no se den las garantías adecuadas para ello y no se respete el interés del menor, las adopciones en un país en conflicto bélico o que ha sufrido una catástrofe quedan suspendidas.

Esta legislación española, concretada en el artículo 4 de la Ley 54/2007 es consecuencia de la aplicación del Convenio de La Haya del año 1993, que dice que se necesita seguridad jurídica para adoptar a un niño, ha explicado Góngora.

Para el presidente de ADECOP, asociación que forma parte de la Entidad Colaboradora para la Adopción Internacional (ECAI), "no es bueno sacar a un niño de su entorno natural", por lo que no recomienda iniciativas como la del presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que ha animado a que familias extremeñas acojan de forma temporal a los niños haitianos huérfanos.

Lo fundamental en este momento es dar toda la ayuda posible a los niños que se encuentren en situaciones extremas, "para que puedan seguir creciendo en educación, alimentación y atención sanitaria", ha subrayado Góngora.

"Hay que hacer muchísima cooperación sobre el terreno, pero no tratar de adoptar a los niños", ya que así no se respetan sus derechos, ha asegurado Góngora.

Además, ha sostenido, al igual que han hecho hoy representantes de Unicef, que la adopción de los niños es "la última opción posible".

Lo primero es atender a esos niños que están solos en Haití, cuidarlos, averiguar su situación jurídica, buscar a sus familiares cercanos o más lejanos, probar la adopción en su propio país y, si nadie les quiere adoptar, "pues estaríamos los demás para hacerlo", ha declarado.

Diferente es la situación de los niños que sí estaban adoptados antes del seísmo, según Góngora, quien ha manifestado que en el momento en que se encuentren sus documentaciones, el Estado español seguramente les dará el visado de entrada de reagrupación familiar.