La crisis que atraviesa Pakistán no reviste por el momento una amenaza para la unidad del Ejército, institución encargada de garantizar la seguridad del arsenal nuclear paquistaní, pero expertos occidentales en proliferación nuclear coinciden en calificar de "muy real" el peligro de que en el país asiático se produzca un robo de materiales destinados a fabricar armas atómicas por militantes de Al Qaeda. Tras el 11-S, el Gobierno paquistaní, con la cooperación de EEUU, ha adoptado reformas para mejorar la seguridad de las instalaciones y la fiabilidad del personal, pero los analistas exigen "medidas adicionales" para impedir el robo de componentes nucleares.

Desde Pakistán, los técnicos locales insisten en que el arsenal atómico está en buenas manos y descartan tajantemente que la organización de Osama bin Laden persiga armas atómicas para cometer posibles atentados en Occidente, ya que cuenta con "armas convencionales".

"La posibilidad de que centenares de militantes islamistas fuertemente armados ataquen una instalación paquistaní del complejo nuclear es muy real", advierte Matthew Bunn, experto en proliferación nuclear de la Escuela de Gestión Gubernamental John F. Kennedy, de la Universidad de Harvard.

"Las instalaciones que producen material utilizable en la fabricación de armas, como el uranio enriquecido o el plutonio, pueden ser vulnerables a un ataque terrorista, al robo de material, o a un robo hecho desde dentro", apunta, siguiendo la misma línea argumental, Sharon Squassoni, del Fondo Carnegie para la Paz Internacional de Washington.

INQUIETUD EN EUROPA Y EEUU La posible connivencia entre sectores del Ejército y las redes terroristas causa especial preocupación en Europa y EEUU. "En el pasado, oficiales militares en activo cooperaron con Al Qaeda en dos tentativas de asesinato contra Musharraf; si no es posible confiar en los oficiales encargados de proteger al presidente, ¿cómo se puede confiar en los militares encargados de proteger las armas nucleares?", se pregunta Bunn. En cambio, Shireen Mazari, directora del Instituto de Estudios Estratégicos de Islamabad, insiste en que los controles de seguridad paquistanís "son completamente fiables" y acusa a Occidente de sentirse "incómodo con la idea de que Pakistán --un país musulmán-- se haya convertido en una potencia nuclear". "Es un problema psicológico que EEUU y Europa deben asumir, porque nuestras armas nucleares están para quedarse", sentencia Mazari.

Según estimaciones que se remontan al 2003, Pakistán había producido en esa fecha 1.100 kilos de uranio enriquecido de calidad militar, suficiente para construir 44 armas atómicas. También hace tres años, las estimaciones más fiables aseguraban que Pakistán había producido entre 20 y 60 kilos de plutonio, lo que supone entre 5 y 15 armas adicionales.

Islamabad ha dado a entender que, en periodos de paz y por razones de seguridad, el arsenal se mantiene almacenado de forma separada por componentes en instalaciones diferentes.