Las autoridades egipcias atribuyeron a un sabotaje la explosión en un gaseoducto de la ciudad de Al Arish, en la península del Sinaí. El suceso obligó a cortar el flujo de gas a Jordania e Israel. La restitución del servicio tardará una semana. La densa columna de humo por la explosión se divisaba desde la franja de Gaza, mientras la televisión pública hablaba de "operación terrorista".

Desde que comenzaron las protestas contra el régimen de Mubarak, la península del Sinaí ha sido uno de los puntos más inestables, con duros enfrentamientos entre la policía y los beduinos, a los que se les suele acusar de cometer sabotaje.