El exprimer ministro iraquí y líder shií laico, Iyad Alaui, consideró ayer que Irak ya está en guerra civil, lo que supone un grave peligro para la región, Europa y EEUU. Alaui, hombre de confianza de Washington en Irak, dijo en una entrevista a la BBC que el país árabe se acerca a "un punto sin retorno", y recordó que la violencia se cobra cada día "entre 50 y 60 muertos, si no más".

Poco después, el presidente iraquí, el kurdo Jalal Talabani, negó la posibilidad de una guerra fratricida y predijo que pronto shiís, sunís y kurdos acordarán un Gobierno de unidad nacional. Como primer paso, Talabani anunció la creación de un Consejo Nacional de Seguridad, formado por representantes de las tres comunidades.

Ayer, una veintena de personas murieron en diferentes acciones armadas, ocho de ellas, al parecer todas civiles, por fuego de soldados de EEUU en Duluiya, al norte de Bagdad. Entre los muertos hay un adolescente de 13 años y sus padres, según la policía iraquí. Los insurgentes, por su parte, lanzaron tres misiles Grad, de fabricación soviética, contra Kerbala, donde mañana se celebra una de las mayores festividades religiosas shiís, que congrega a más de un millón de fieles. Los misiles, que no causaron víctimas, fueron lanzados desde 20 kilómetros de distancia.