La aparición el pasado lunes en la oficina de intereses iraní en Washington de un científico nuclear que, según Teherán, fue secuestrado por Estados Unidos hace más de un año ayuda a desvelar todos los misterios que rodean su caso.

Por el momento, lo único que parece seguro, confirmado tanto por el Departamento de Estado estadounidense como por el Gobierno paquistaní, es que Sharam Amiri, investigador de la universidad Malek Ashtar, de 32 años, llegó el lunes a la oficina que Irán mantiene dentro de la embajada de Pakistán --su única presencia oficial en EEUU tras la ruptura de relaciones diplomáticas después de la crisis de los rehenes de 1979-- y solicitó regresar inmediatamente a su país.

El brumoso episodio, no obstante, parece seguir aún lejos de aclararse. Amiri desapareció el 9 de junio del 2009 en una peregrinación en Medina, en Arabia Saudí. Irán acusó entonces a EEUU de haberle secuestrado, una versión que cobró fuerza en abril de este año, cuando un hombre que aseguraba ser Amiri apareció en un vídeo declarando haberse escapado de la CIA tras ser torturado.

FLUJO DE VIDEOS Poco después, en un segundo vídeo en YouTube, otro hombre que afirmaba ser el científico negaba la primera versión y proclamaba estar viviendo libremente en Arizona. La prensa estadounidense había sugerido en marzo que Amiri estaba colaborando con EEUU con información sobre el programa nuclear iraní.

El flujo de vídeos no cesó y el pasado junio, cuando el Consejo de Seguridad estudiaba la resolución que acabó imponiendo una nueva ronda de sanciones a Irán, surgió un tercero, en el que el supuesto Amiri aseguraba una vez más haber conseguido escapar de las autoridades estadounidenses y solicitaba la protección de organizaciones de derechos humanos. Al final del vídeo emitido se escuchaba una voz distinta a la del científico iraní que en farsi afirmaba: "Buen trabajo, más alto".

Aunque Mahmud Ahmadineyad se mostró dispuesto en varias ocasiones a canjear a Amiri y a otros iranís que, según sostiene Teherán, están en poder de las autoridades de Washington, por los tres montañeros estadounidenses detenidos en Irán acusados de espionaje, la Administración de Barack Obama defiende que Amiri había llegado a EEUU, ha vivido en el país y ha decidido volver a Irán por voluntad propia.