Por primera vez, los inmigrantes de países ajenos a la Unión Europea (UE) y residentes legales en Bélgica desde hace cinco años pudieron ayer votar en las elecciones municipales. La jornada se caracterizó por las habituales largas colas y los problemas informáticos del voto electrónico.

Estos también han sido los primeros comicios locales que no organiza el Gobierno federal, sino cada una de las tres regiones del Estado belga (Bruselas-capital, Flandes y Valonia), por lo que las reglas no fueron las mismas en todas las zonas. Una de las diferencias más significativas es que los ciudadanos de Valonia pueden elegir directamente a su alcalde, mientras que en Flandes y en los 19 municipios que forman la región capital de Bruselas el alcalde será elegido por un acuerdo mayoritario del consejo municipal.