Han sido necesarios ocho meses y un recrudecimiento de los atentados indiscriminados en Bagdad con la firma de la rama local de Al Qaeda. Pero finalmente, las principales fuerzas políticas iraquís, representando a las tres comunidades religiosas y étnicas más importantes --chiís, sunís y kurdos-- lograron el miércoles por la noche superar el bloqueo político que reinaba en el país desde las elecciones del pasado mes de marzo y pactar las bases para la formación de un nuevo Gobierno.

El acuerdo de principios tiene como pilares principales la elección de Osama al Nujaifi, del bloque Al Iraqiya, apoyado por los sunís, como presidente del Parlamento, mientras que el líder de la formación política, Iyad Alaui, dirigirá el denominado Consejo de Políticas Estratégicas. El primer ministro, el chií Nuri al Maliki, se mantendrá en el cargo y el kurdo Jalal Talabani repetirá como jefe del Estado.

"Gracias a Dios, ayer por la noche por anteayer logramos un gran logro, considerada una victoria para todos los iraquís", valoró el presidente de la entidad autónoma kurda, Marsud Barzani.

Los analistas se mostraron mucho más cautos a la hora de valorar si el país había logrado dejar atrás los meses de incertidumbre política y conjurar el peligro de que estalle una nueva guerra entre confesiones religiosas. "De momento no hay Gobierno; es solo un paso inicial y hay muchas cosas que pueden ir mal", estimó, en declaraciones a este diario, Joost Hiltermann, vicedirector del programa para Oriente Próximo y el Norte de Africa de International Crisis Group. Al Iraqiya dirigirá carteras clave, como Asuntos Exteriores.