El exministro de Finanzas japonés Shoichi Nakagawa fue hallado muerto ayer en su domicilio, siete meses después de su dimisión por comparecer con síntomas de embriaguez en una rueda de prensa posterior a una reunión del G-7 en Roma. Nakagawa, de 57 años y miembro del Partido Liberal Demócrata (PLD) derrotado en agosto en las elecciones generales, fue encontrado por su mujer en el segundo piso de su residencia, en Tokio.

Los medios de comunicación nipones no dieron detalles sobre las causas de la defunción. La agencia Kyodo News, citando fuentes policiales, indicó que la hipótesis del suicidio no era descartable, pero no era la prioritaria. Al parecer, Nakagawa tomaba con frecuencia pastillas para dormir; no se encontraron en su cuerpo lesiones externas, ni tampoco una nota, testamento u otro tipo de documento.

En febrero, Nakagawa abandonó su cargo como consecuencia de las críticas de importantes correligionarios por su supuesta afición al alcohol. Lo hicieron después de que apareciera en las teles de medio mundo con dificultades para hablar, medio dormido y el pelo revuelto en una rueda de prensa. El dijo que padecía "fatiga y resfriado".