Arrecian las emboscadas contra las fuerzas norteamericanas en Irak. Dos soldados de EEUU perdieron ayer la vida y otros nueve resultaron heridos cuando fueron atacados con lanzagranadas en Faluya, a 50 kilómetros al oeste de Bagdad. Con estas muertes, son ya cuatro los soldados de las fuerzas de ocupación fallecidos en Irak en tan sólo 24 horas.

Faluya, ciudad de mayoría suní, cuyos habitantes no ocultan sus simpatías hacia el derribado régimen de Sadam, se ha convertido en uno de los bastiones de la resistencia armada contra la fuerza aliada. A principios de mayo, un asalto contra una base de EEUU se saldó con siete soldados heridos.

Paralelamente, ayer se supo que cuatro soldados británicos destinados a Irak padecen síntomas idénticos al llamado síndrome de la guerra del Golfo , un conjunto de enfermedades que padecen centenares de excombatientes del conflicto de 1991.