´Isabel´ se debilitó a medida que fue acercándose a la costa de EEUU y aún más cuando entró en tierra firme. Ese es el proceso habitual de los huracanes. ¿Por qué pierden fuerza? Porque pierden energía. El ´combustible´ de un huracán es el aire caliente y húmedo de las aguas del océano. Por eso, al dejar el contacto con el mar y entrar en tierra firme, pierden la fuente de alimentación. En menor medida, el roce con el suelo (asfalto, montañas y todo tipo de obstáculos), que no es húmedo, también es un freno para su progresión. La latitud también influye. El agua del mar está menos caliente al norte y proporciona menos vapor de agua o energía. ´Isabel´ iba hacia el norte. Pero hay dudas de que pueda retroalimentarse y volver a la virulencia que tenía encima del Atlántico.