El cadáver de Jean-Charles de Menezes, el brasileño acribillado por la policía británica al considerarlo un terrorista, llegó ayer a su país, donde fue recibido por familiares, amigos y miembros del Gobierno en un ambiente de dolor y crispación. La familia anunció que tomará acciones legales contra los responsables.

Un avión llevó el féretro hasta Sao Paulo, desde donde fue trasladado a la ciudad de Gobernador Valladares (estado de Minas Gerais). En la pista del aeropuerto, el ataúd fue cubierto con una bandera brasileña. El cuerpo de bomberos lo llevó en una caravana de 90 kilómetros hasta Gonzaga, su ciudad natal. "No podemos aceptar que en nombre del combate al terrorismo sean violados los derechos humanos", dijo el secretario de Derechos Humanos del Gobierno, Mario Mamede, quien, en nombre del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, acompañó el cortejo.

VISADO CADUCADO El joven abatido en Londres será enterrado hoy. Mientras tanto, su familia confirmó la decisión de tomar acciones legales contra los responsables de su deceso. El caso será llevado por Gareth Price, una abogada londinense especializada en derechos humanos que representa a dos presos británicos que estuvieron en la base de EEUU en Guantánamo. Fuentes del Gobierno británico informaron ayer de que su visado estaba caducado desde hacía más de dos años.

"La muerte de un inocente no puede quedar impune", dijo Alessandro Pereira, un primo del fallecido. "No queremos que la muerte de nuestro primo sea en vano, pedimos al mundo que nos apoye en nuestra búsqueda de justicia", señaló Patricia da Silva, que vivía en Londres con Jean-Charles y confirmó que su situación era "completamente legal".