Con la muerte de Slobodan Milosevic a medio digerir, llega un asunto peliagudo política y judicialmente: el funeral. ¿Si su viuda, Mirjana Mira Markovic, que vive en Moscú y sobre la que pesa una orden de busca y captura de la Interpol, acude al sepelio en Belgrado, será detenida? El abogado de la familia, Zdenko Tomanovic, pidió ayer al Tribunal de Belgrado que esa orden judicial sea retirada. La demanda fue aceptada. Un tribunal de tres jueces la examinará y hará pública su decisión hoy con toda probabilidad.

Con el camino casi despejado para enterrarlo en Belgrado, la cuestión es cómo. Los simpatizantes piden un funeral de Estado. La formación de Milosevic, el Partido Socialista Serbio (SPS), tiene una buena herramienta para presionar al Gobierno: sus 22 escaños.