El Gobierno de coalición británico rechazó ayer numerosas acusaciones de que el plan de austeridad presentado el miércoles castigará con más dureza a las clases menos privilegiadas. El primer ministro, David Cameron, repitió que los recortes "son duros pero justos", mientras que el viceprimer ministro y líder de los liberaldemócratas, Nick Clegg, acusó a los críticos de "asustar a la gente".

Ambos apuntaban al Instituto de Estudios Fiscales. El prestigioso observatorio económico advirtió de que los hogares de clase media pueden ser los que sufran el mayor castigo con los recortes. La reducción de los servicios públicos unida al aumento de impuestos puede suponer una pérdida de 10.000 libras (más de 11.000 euros) anuales en cada hogar. "Las familias con niños parecen las más perjudicadas", señaló James Browne, uno de los expertos del instituto.

Su director ejecutivo, Carl Emmerson, avisó además de que el programa de recortes del gasto público puede resultar insuficiente para reducir el déficit estructural en los próximos cuatro años. "Es muy posible que sea necesario un nuevo aumento de los impuestos o recortes más profundos", señaló.

El ministro de Finanzas, Georges Osborne, se unió al coro gubernamental y negó la injusticia de un ajuste, que, usando una expresión cinematográfica, fue definido así por un trabajador de la City: "Es lo más brutal que hemos visto desde la escena de la ducha en Psicosis."

"Cuando un país pierde el control de sus finanzas públicas, la gente que sufre más son los más pobres", declaró Osborne en una larga entrevista a la BBC.

Osborne sugirió que el Banco de Inglaterra puede ayudar a estimular la economía británica, en caso de verse afectada negativamente por el plan de recortes. El Banco Central podría relajar la política monetaria, si fuera necesario, señaló. "El país necesita un plan decisivo", declaró. "Lo hemos elaborado con prudencia y hay libertad para que el Banco de Inglaterra emplee herramientas de política monetaria".

BAJOS TIPOS DE INTERES Los tipos de interés se encuentran en el 0,5% desde hace 19 meses y hay división de opiniones dentro de la institución sobre si inyectar más dinero en la economía o subir los tipos de interés para frenar la inflación.

En ningún caso, insistió Osborne, el Gobierno retocará el plan de austeridad. "Un periódico dice que estoy golpeando a los más pobres, otro que a la clase media. Unos dicen que voy demasiado rápido y otros demasiado lento. Lo que intento es un término medio y creo que este es el camino adecuado".

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Econó- mico (OCDE) dio su respaldo al ministro de Finanzas, calificando la reestructuración como "dura, necesaria y valiente". En términos también muy positivos se expresaba el Daily Telegraph, un diario íntimamente unido a los conservadores, que saludaba "el conjunto de medidas inteligentes, metódicas y valientes", aunque consideraba que las clases medias eran las peor paradas.

En The Guardian, en cambio, la conocida columnista Polly Toynbee denunció el cinismo de un Gobierno "que apenas contiene su alegría" al haber impuesto al país una cura de austeridad "que ni quiera Margaret Thatcher habría soñado". La respuesta de la oposición laborista al plan ha sido hasta el momento débil, al igual que la de los sindicatos.