"Si prosperan las pláticas de paz, en algún momento deberá debatirse qué hacer con el armamento", ha dicho Pablo Catatumbo, miembro de la delegación de las FARC que negocia en La Habana con el Gobierno de Juan Manuel Santos el final del conflicto que desangra a ese país hace casi medio siglo. . "Si lo que quieren es la satisfacción de humillarnos, no nos pidan eso. Pero sí podemos buscar la manera en que esas armas dejen de ser empleadas para la guerra", ha añadido. Días atrás, Santos se había preguntado en público que "si las armas no son entregadas “¿Entonces para qué estamos conversando?".

Catatumbo había llamado al Estado colombiano a mirarse en el espejo de las experiencias de Sudáfrica e Irlanda. El sudafricano Nelson Mandela "no entregó ningún fusil, y tampoco lo hizo el Ejército Republicano Irlandés (IRA), que llegó a acuerdos con el gobierno británico con la presencia de garantes reconocidos por las partes", ha apuntado. A su criterio, "la desmilitarización de Colombia", es una responsabilidad compartida.

Ambiciosa agenda de paz

El Gobierno y las FARC llegaron a un acuerdo en el primer punto de la ambiciosa agenda de paz que se propusieron: la cuestión agraria. Desde hace semanas discuten en Cuba los caminos políticos de este complejo proceso de negociación.

En tanto, y desde Santiago de Chile, la cancillera colombiana, María Ángela Holguín, trató de atenuar los efectos pesimistas que provocaron las declaraciones de Santos. "Hay que avanzar tema por tema, pero seguimos siendo muy optimistas", dijo sobre las tratativas que tienen lugar en La Habana con Noruega y Cuba como garantes y Chile y Venezuela en calidad de veedores. Para Holguín, las conversaciones "avanzan a ritmo lento, acorde con la antigüedad del conflicto". Según la ministra, "no puede esperarse que nos sentemos y acordemos en poco tiempo algo que lleva toda una vida". Holguín ha subrayado que "la reconciliación es la única manera para que Colombia pueda seguir creciendo y desarrollándose".

Santos le pidió no obstante a la guerrilla que modere sus solicitudes. “Se viene con un decálogo de reformas que son de fondo del Estado, que no son negociables¿ Serán discutibles cuando dejen las armas en los escenarios democráticos”.