La guerrilla colombiana de las FARC tenía planeado secuestrar a los dos hijos del presidente Álvaro Uribe, Jerónimo y Tomás, para presionar la negociación del acuerdo humanitario al que los rebeldes condicionan la puesta en libertad de 45 rehenes, aseguró hoy la cadena bogotana Caracol Radio.

El plan insurgente, según la radio, estaba a cargo de Óscar Montero, conocido con el alias de "El Paisa" y comandante de la Columna Móvil "Teófilo Forero" de las FARC, un reducto de elite de la organización. Una investigación contraguerrillera de la Policía Nacional permitió desvelar el proyecto de la mayor guerrilla de Colombia, agregó la fuente, que indicó que la pesquisa estuvo centrada en movimientos de rebeldes que pretendían cometer una escalada terrorista en la localidad sureña de San Vicente del Caguán.

La radio precisó que una decena de presuntos rebeldes fueron detenidos como responsables del supuesto plan de atentados, que comprendía la activación de cinco vehículos cargados con explosivos en esa población del departamento del Caquetá y distante más de 350 kilómetros de Bogotá. Los coches-bomba iban a ser activados el pasado fin de semana, en coincidencia con una feria ganadera en San Vicente del Caguán, que fue eje de un fracasado proceso de paz del Gobierno del ahora ex presidente Andrés Pastrana (1998-2002) con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Las autoridades colombianas interceptaron y detonaron bajo control los vehículos, en varias operaciones realizadas la semana pasada.

Según la radio, unas interceptaciones previas a los rebeldes "permitieron establecer que por orden del 'Secretariado' (mando central) de las FARC habían determinado secuestrar a los hijos del presidente de la República en los próximos días". El responsable del plan era "El Paisa", que "tenía listo un enlace que llevaría a los hijos del presidente hacia el Huila (departamento del suroeste) o hacia el Caquetá con el fin de internarlos en la selva y presionar el intercambio humanitario", según la misma versión.

Los rebeldes mantienen en condición de rehenes a 45 personas para canjearlas por más de medio millar de insurgentes presos, entre ellos dos extraditados a Estados Unidos, mediante la negociación de un acuerdo con el Ejecutivo de Uribe. Entre los cautivos están la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt, también nacional francesa, y tres estadounidenses.