Los empleados de la empresa de seguridad privada Blackwater, contratada por EEUU en Irak, abrieron fuego de una forma injustificada en el tiroteo del pasado 16 de septiembre que acabó con la muerte de 17 iraquís y que abrió un agrio debate sobre el papel de este Ejército privado en Irak tanto por parte de Bagdad como del Congreso estadounidense.

Según desveló ayer el diario The New York Times, la investigación del FBI no halló pruebas de que el convoy de Blackwater fuera atacado y concluye que al menos 14 de las muertes se salen del uso de la fuerza permitido a la empresa. "Decir que fue injustificado es quedarse corto", declaró un funcionario del Gobierno. Según el FBI, solo en tres casos se puede sostener que Blackwater cumplió la norma de usar la fuerza "bajo inminente amenaza".