A Lugo lo llaman el "obispo de los pobres" por su trabajo pastoral en la diócesis de San Pedro, la zona más pobre del país. Fue misionero en Ecuador. En Roma, se graduó como sociólogo. Entró en política en el 2007. A los 56 años, y suspendido por el Vaticano, dice no ser de izquierdas. Reivindica la Doctrina Social de la Iglesia y aspectos de la Teología de la Liberación