La política de apertura o de desestabilización de la izquierda puesta en marcha por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, está causando estragos en el Partido Socialista (PS), sumido en una crisis y en una guerra abierta por su liderazgo. Los últimos episodios son el boicot al grupo parlamentario socialista del exministro Jack Lang y la divulgación de que Sarkozy planea ofrecer a Dominique Strauss-Kahn o a Laurent Fabius la candidatura a la dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Exministro de François Mitterrand y consejero especial de Ségolène Royal en las presidenciales, Lang recibió una oferta del Elíseo para formar parte de la comisión que debe estudiar la modernización de las instituciones. Como se dejaba querer, el presidente del grupo parlamentario, Jean-Marc Ayrault, le advirtió de que si optaba por "una aventura individual" no sería "miembro a parte entera" del grupo parlamentario. La respuesta de Lang ha sido una carta pública dirigida a Ayrault en la que dice: "Las palabras que has dicho sobre mi caso no son dignas. He tomado la decisión de no participar más en las reuniones del grupo socialista mientras lo presidas con tales métodos".